Mario Ancic: "Tuve problemas de corazón realmente serios"
- Emma
- 18 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Existen pequeñas historias de grandes jugadores que, con el tiempo, van saliendo a la luz. Y la relación que tienen algunos con la mononucleosis y sus consecuencias son ejemplos de lo dicho antes. Robin Soderling y Roger Federer, en distintas escalas, tuvieron que lidiar con la famosa “enfermedad del beso”. Pero ahora existe un relato más, otra opinión. La de Mario Ancic.
El croata cuenta actualmente con 32 años. Fue número 7 del mundo por primera vez en 2006, cosechó tres títulos ATP (dos en ‘s-Hertogenbosch y el restante en San Petersburgo) y accedió a 8 finales más. Además, logró una semifinal en Wimbledon y cosechó tres cuartos de final, uno en “La Catedral” y los otros en Roland Garros. En su primer partido en un Grand Slam, derrotó a Roger Federer en Wimbledon y en primera ronda. 2003 la fecha y todo un hito en la actualidad.
Pero la mononucleosis se cruzó en su camino y todo se derrumbó: “Pasas de jugar cinco sets en el Australian Open (4ª ronda frente a Roddick), sintiéndote bien, a estar postrado en la cama durante casi un año entero”, comentó. Durante 2007, Ancic se perdió seis meses de competencia: desde febrero en Marsella (derrota en primera ronda) hasta Montreal en agosto (derrota en segunda ronda), para cerrar la temporada con un pobre 13-11.
“Durante unos meses estuve jugando extremadamente enfermo, cuando se suponía que estaba descansado y relajado. Escupía sangre durante los entrenamientos, fue entonces cuando descubrieron lo que tenía. Había una enorme cantidad de cosas destruidas. La tiroides, el corazón, la mononucleosis no era el principal problema. Mi sistema inmunitario estaba por encima de cualquier cosa, totalmente reventado”, reveló. Impactante.
Su 2008 fue regular, a pesar de que su cuerpo daba indicios de lo que vendría: 32-16 fue su récord, con una final en Marsella (p. Murray) y unos cuartos en Wimbledon (p. Federer). Pero el 2009 fue la última muestra que pudo dar el croata: 13-7, con una final en Zagreb (p. Cilic) y el final de la temporada en mayo. “Tuve problemas de corazón realmente serios con los que batallé incluso para sobrevivir. Fue el principio del fin”, declaró.
Un par de challenger, futures y algunas wild cards para torneos ATP resumen su 2010, en donde tomó la decisión más difícil: el retiro. “Fue uno de los días más duros de mi vida. Tuve que considerar lo que debía hacer, por todo lo que había pasado. Yo fui uno de los mejores tenistas de mi generación en 2001 y 2002. Estuve en el top ten. Estaba viviendo un sueño. Entonces todo se interrumpió de un día para otro. El deporte había sido todo lo que yo tenía”, indicó.
En su momento, Ancic llegó a una muy buena conclusión sobre su periplo tenístico. Y que se adapta perfectamente ahora: “Creo que Dios usó la mononucleosis para hablarme. Me estaba invitando a tomar mi cruz y seguirle diariamente. Es algo en lo que nunca antes había pensado, porque me centraba sólo en jugar bien al tenis. Estaba dispuesto a sufrir para conseguir la victoria en un partido, pero no sabía cómo sufrir para obtener una victoria espiritual en la vida”. Amén.
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